domingo, 5 de octubre de 2014

Crónicas de un sueño 7

Mi hermano, mi mujer y yo nos encontrabamos en un lugar extraño donde debíamos pasar la noche
extrañamente nos separaron y junto a una gran multitud de gente nos dieron unos papelitos
con un núm, cuando me di cuenta nos había separado, mi pobre hermano era demasiado pequeño
y temía por su salud, pregunté a uno de los representantes de aquel lugar y me mostraron
los rostros de mi familia...extraños gestos de felicidad como si estuvieran poseídos.

En efecto, aquello era una secta, millones de gente se acumulaban en los pasillos y asistian
a las actividades que tenía preparada el jefe que manejaba el cotarro. En las habitaciones
sentia una extraña fuerza que me doblegaba a seguir sus pasos pero al final pude resistirme.
tenia que encontrar a mi mujer y hermano. Me uní a un pequeño grupo que sentía lo mismo que yo
pero con pequeñas diferencias; aun eran victimas de la posesión del lugar en algunas ocasiones.

Al fin pude reecontrarme con mi mujer, la alegría me invadía pero ella no me recordaba hasta
que en un momento nuestras miradas se cruzaron y ella corrió para abrazarme.

Juntos de nuevo y a falta de encontrar a mi hermano. Seguiamos engañando al sistema, por la
mañana entramos en una sala para desayunar. Nos pusieron el fondo de un vaso de leche y
exhuberantes platos de postres tales como flanes, etc. Una vez hube terminado me levanté y
me diriguí al pasillo, fuera del alcance del magnetismo del jefe de la secta que pululaba
en aquella habitacion. juntos de nuevo, conseguimos huir y mientras mi mujer conducía nos
diriguimos a nuestro barrio y allí encontramos nuestro pequeño garaje y al fondo la puerta
azul de nuestra casa. Sospechando de las actuaciones de los integrantes de nuestro grupo,
no bajé la guardia ni un minuto. Bajé del coche y me diriguí a nuestra casa con el fin
de encontrar algo en aquel desertico vecindario.

No hay comentarios:

Publicar un comentario