El transcurso del tiempo desde que desaparecieron en mi espalda aquellos espejos que me mostraron mi yo presente cada vez son más lejanos, no sabría argumentar con firmeza cuanto tiempo había transcurrido desde aquello, pero debieron de ser meses......
Me detuve al escuchar unos llantos fantasmagóricos provenientes de la gran puerta que se situaba a tan solo unos metros de mi. La torre era inmensa, colosal y perturbadora ante mis ojos, era una sensación indescriptible, aunque mi alma estuviera rota, podía notar como me iba acercando cada vez más a mis trozos perdidos, aquellos que me habían desgarrado, machacado y destrozado dejándome atrapado en este mundo poblado únicamente por unos entes ocultos en mi conciencia cuyos nombres, aunque no me lo hayan confesado, lo confirman con sus actos.
Pronto descubrí que el ente que traspasó aquella muralla no era otro que "Inferioridad", aquel ente me había derrotado, humillado....dejando ante mí aquella insuperable muralla que impedía que llegase a mi meta; aquella meta que abandoné tras muchos intentos sin resultados positivos. Me prometí que debía superarlo si me planteaba salir de éste desierto.
Los llantos cedieron y me encaminé precavidamente hacia el gran portón de madera de la torre, pero justo antes de que mis manos tocasen los picaportes unas estatuas situadas en la derecha e izquierda del Patíbulo me hablaron en agoniosos llantos los cuales había escuchado previamente deduciendo pues la localización de dicha existencia. Tras una serie de ahogadas baladas me dijeron........
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