Capítulo tercero
Yuchiko empieza
a conocer la Algaida
Esa
noche no pude dormir, estaba tan nervioso que no podía dejar de pensar en
Yuchiko, yo quería conocerla y hacerme amigo suyo, pero no sabía como
presentarme y que decirle.
Acostado
en mi cama me puse a pensar en ella, como mirarla como hablarle, si con “cachondeo” o con seriedad,
después de un rato me dormí.
A
las 11:00 de la mañana me desperté, me levanté y cuando iba a pasar por la
puerta me choqué con…. .¡Yuchiko!
-
perdón, uhmm… ¿te encuentras bien?- me dijo con una sonrisa
-
u… a… h…- no tenía palabras para hablarle
-
oye, eres Alberto, ¿verdad?
-
pues… pues, si… estooo, ¿Qué haces aquí?- contesté rascándome la cabeza
-
vengo porque estaba aburridísima en casa de mi tía y… he venido a conocer a mi
nuevo vecino
-
¿desde cuando estas aquí?- contesté con curiosidad
-
desde las 9:00 más o menos- me dijo con una gran sonrisa
-
¡¿QUEEE HAAAS DICHOOOO?!- empecé a sudar como nunca lo había hecho y en ese
mismo momento entró mi madre y me dijo…
-
Yuchiko ha estado ayudándome toda la mañana y encima ha cuidado de tu hermano
-buenoooo…
tampoco es… para tanto- contestó Yuchiko sonrojada.
En
ese mismo instante mi hermano apareció detrás de mi madre y me dijo:
-
JE JE, ya es mía, ¡y solo mía!
Y
salí corriendo detrás de él para pegarle un buen coscorrón
-
estos hombres- le dijo mi madre a Yuchiko
- je je je- sonrió Yuchiko
Después
de correr detrás de mi hermano me acordé de que tenía que ir a casa de Iván,
frené, cogí mi baraja de YU-GI-OH, abrí la puerta y…
-
¡a dónde crees que vas!- gritó mi madre
-a…
a casa de Iván
-
¿sin... desayunar?- dijo Yuchiko con la cabeza agachada
-
estooo… es que voy a llegar tarde- conteste en el momento que me rugieron las
tripas
-
je, me parece que tus tripas quieren esperar- dijo Yuchiko.
Yo
me fui al salón miré atrás y vi a Yuchiko y le dije…
-
siéntate, como si el sofá fuera mío- no pude sostener una carcajada- JA JA JA
JA.
Yuchiko
se sentó en el sofá que estaba enfrente del televisor y yo el que estaba a la
derecha doblado, los dos
sofás hacían una “L”.
Encendí
el televisor y puse el canal 2 Andalucía y estaba emitiendo Inu-Yasha y dijo Yuchiko
sobresaltada…
-
¡no cambies “porfa”!- dijo entusiasmada
-
¿te gusta esta serie?- dije
-
a mi si, ¿y a ti?
-
pues claro
-
¿por qué capítulo va?
-
por el ciento y pico, mas o menos.
En
unos 30 segundos mi madre puso en la mesa dos vasos de leche con colacao
-
¿también hay para mí?- dijo Yuchiko
-
pues claro, por haberme ayudado toda la mañana- contestó mi madre.
Yo
me la bebí antes que ella, me fui al servicio corriendo, salí, volvía coger mi
baraja de cartas y en el momento de salir por la puerta me dice Yuchiko:
-
¿puedo ir contigo?
-
no se yo…- dije volviéndome a rascar la cabeza
-
venga porfaaa, ¡es que quiero conocer el pueblo!- me dijo
-
¡si es para conocer la ciudad, entonces puedes venir conmigo!- dije con aires
de líder
-¡¡¡BIEN!!!
Cogí
la MONTY de mi primo Jorge (vive justo a la derecha de mi casa), monté y le
dije a Yuchiko:
-
monta en los pasapies
-
si, señor- dijo haciendo un saludo militar
-
¡ADELANTE!- contesté levantado la mano.
Y
nos fuimos directos a casa de Iván. Y
mientras, por el camino…
-
oye, ¿tienes muchos amigos?- me dijo Yuchiko con algo de curiosidad
-
dos, Iván y Manolo
-
Manolo, ¿me recuerda a algo o… a alguien, pero?… no sé- se dijo a sí misma
pensativa
-
Yuchiko… estooo… ¿de donde vienes?
-
de Madrid
-
de capital, ¿eh?, ¿Cuánto tiempo te quedaras en la Colonia?
-
hasta año nuevo, cosa así.
En
ese momento no tuve mas ganas de hablar, ni de sonreír ni nada por el estilo. Al escuchar que solo se iba a quedar
un par de días se me quitó las ganas de jugar. Ya me estaba acercando al
colegio y de repente salió
Manolo como una gran bestia dominante y saltó sobre
mí, en ese mismo instante tuve que maniobrar hacia la izquierda metiéndome en
el carril contrario cuando…
-
¡CUIDADO CON ESE COCHE!- me gritó Yuchiko al oído
-
¡mierda!- grité mientras intentaba sobrevivir pero por suerte pude subirme por
la acera y continuar a toda velocidad
-
¡quien era ese!- me dijo Yuchiko asustada
-
ese, ese, ¡ESE ERA MANOLO!
-
¿y ese es tu amigo?
-
si, pero no es mala gente en el fondo
-
tendrá que ser muy al fondo
-
no lo sabes bien, JA JA JA- dije con una sonrisa y continué.
Después
de un rato pensé que a lo mejor podría hacer buenas migas con ella, aunque tuviera solo
un par de días.
-
oye Yuchiko, ¿Por qué has venido a la Colonia?
-
para visitar a mi tía Mercedes
-
¿nacin deró?
-
¿eh?- dijo Yuchiko con algo de duda
-
je, ¿nada más?- traducí
-
¡ah!, nacin-dijo copiando mi inglés.
Pero
no me quedé satisfecho, algo me corroía por dentro como si me estuviera
engañando.
-
¿falta mucho?- preguntó Yuchiko
-
¡nada, ya estamos llegando, aguanta!- contesté sonriendo
-
vale.
En
ese momento pude ver la calle del Iván, sólo podía pensar en la cara que se le
pondría al ver a Yuchiko conmigo. Entré en la calle, aparqué en frente de su
casa, me bajé y llamé a la puerta y salió su hermano Tony y
le pregunté:
-¿está
Iván?
-
no, se ha ido a los llanos- contestó mientras miraba a Yuchiko
-
adiós- contestamos Yuchiko y yo a la vez.
Así
pues nos dirigimos a los llanos(es el nombre recibido a un gran espacio de
terreno) que se situaba a un poco más adelante.
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